8. 2.- Teoría: Sweet home Hestia


 

Hola, criaturillas del Peloponeso (eso, eso),

bienvenidos a Destripando la Historia,

con Pascu y Rodri.

Hoy os traemos a la única, la más pura: Hestia.

Hestia, diosa de la hoguera y del hogar, (Hard, 2008; Grimal, 1981; https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021; H. Ven. 29-30; Himno homérico XXIV; Falcón et al., 1980) es una divinidad muy importante para los griegos, tal y como nos cuenta el Himno homérico V a Afrodita, pero nunca fue considerada un ser completamente antropomórfico (https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021; Hard, 2008; Grimal, 1981), por lo que casi no aparece en los mitos. Los romanos la asimilaron a su diosa del hogar, Vesta, aunque la diosa romana fue mucho más importante (Hard, 2008; Falcón et al., 1980), entre otras cosas, porque la madre de Rómulo, Silva, fue una vestal (Bérchez, 2012). Su nombre es uno de los sustantivos comunes que los griegos utilizaban para nombrar al hogar, por lo que es la personificación del fuego (Bernabé, 1978).

Fue la primera que nació,

la primera a la que Cronos devoró

y la última a quien vomitó,

la llaman la más joven y la más mayor.


Fue la primera hija de Cronos y de Rea y hermana de Zeus, Hades, Hera, Poseidón y Deméter (https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021; Grimal, 1981; Hard, 2008; Grimal, 1981; H. Ven. 22; Falcón et al., 1980), pero cuando Cronos vomitó a sus hijos fue la última en salir (https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021; Hard, 2008; H. Ven. 23).

Por los rincones suele rondar.

Es la diosa de la hoguera y del hogar

y aunque no le guste hacer el mal

te partirá la cara en nombre de la paz.

Su llama verás arder en cada ciudad (tu ciudad),

sin dudar, le has de rezar.

Hestia,

en tu fiesta, en tu cocina.

Hestia,

es la diosa que te espía.

Hestia,

te enamora y te fascina, pero te puedes quemar.

En los sacrificios, aunque no fueran dedicados a ella, era la primera en recibir una ofrenda o libación (H. Ven. 29-30; https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021; Hard, 2008; Falcón et al., 1980); en los rezos, se la nombraba la primera, aunque las plegarias no fueran dirigidas a ella; y en las fiestas, se le dedicaba la primera y la última libación (https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021; Hard, 2008). Además, no existen muchos templos dedicados a la diosa (https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html,  consultado el 05/05/2021) porque era venerada en los templos de todos los dioses y porque en las casas existía un altar, de modo que también se le rendía culto allí, por lo que vemos que estaba en todas partes, en todos los rincones (H. Ven. 29-32; Falcón et al., 1980; https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021;).

Muchos pueblos la veneraban por ser la diosa del hogar, que era el centro simbólico de la edificación en la que vivía la familia y de la estructura familiar y que estaba muy relacionado con el fuego (Bernabé, 1978). Este elemento, el del fuego, era importante porque estaba íntimamente relacionado con la vida. Además, en las sociedades primitivas, se mantenía encendido un fuego en la ciudad por razones prácticas (proporcionar luz) y/o por razones religiosas, rituales o mágicas (Hard, 2008). Por otra parte, se puede considerar al pueblo como una gran familia que tenía también un fuego sagrado, símbolo de la comunidad armoniosa (https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021).

Mientras otras divinidades vienen y van, Hestia se queda en el Olimpo, convirtiéndose en el centro religioso de la casa, pero también de la mansión divina (Pl. Phdr. 247ª; Falcón et al., 1980). Por eso no desempeña ningún papel en las diferentes leyendas (Grimal, 1981; Hard, 2008; Falcón et al., 1980). Por tanto, como diosa del hogar (Hard, 2008; Esteban et Aguirre, 2005), preside el centro de la casa, pero también de la ciudad, por lo que vemos que es una divinidad dual que se mueve entre el ámbito público y el privado y que era el centro del culto familiar (Hard, 2008). Además, presidía la cocción del pan y la preparación de la comida familiar (https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021; Himno homérico XXIV).

Hestia,

tiene una mansión divina.

Hestia,

a las diosas las domina.

Hestia,

cobra siempre una propina,

extorsiona a las demás.

Como ya hemos visto al comentar las estrofas de arriba, Hestia permanecía en el Olimpo, siendo el centro de la mansión divina. Por otra parte, se cuenta que, después de la titanomaquia, pidió recibir la primera porción de los sacrificios que los mortales realizaban (Hard, 2008; https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado el 05/05/2021). Esa es la propina y la extorsión de la que se habla en la canción.

Fueron Apolo y Poseidón

a pedirle matrimonio, ¡qué bombón!

Agarró a Zeus del cabezón

para jurar que no la iba a tocar ni Dios.

Hestia rechazó a Apolo y Poseidón cuando estos quisieron casarse con ella y exigió mantenerse virgen para toda la eternidad, poniendo una mano sobre la cabeza de Zeus, de forma que el juramento fuese solemne (H. Ven. 24-28; Hard, 2008; Esteban et Aguirre, 2005; https://www.theoi.com/Ouranios/Hestia.html, consultado 05/05/2021; Falcón et al., 1980). Su virginidad puede ser consecuencia de dos factores: el primero, que el cuidado del hogar se encomendaba a las hijas de la casa, por lo que decidió permanecer inmaculada; el segundo, porque el fuego de la casa era un elemento tan importante que no podía estar sometido a ningún elemento externo, como sucedería si Apolo o Poseidón conseguían hacerla su esposa (Bernabé, 1978, p. 276).

Con su pandilla la encontrarás,

Artemisa y Atenea, son lo más:

diosas puras y sin mancillar

y no como Afrodita, ¡cuánto asco da!

Artemisa y Atenea fueron otras diosas que, al igual que Hestia, se mantuvieron vírgenes (Bérchez, 2012; H. Ven. 7-28; Falcón et al., 1980), cada una por motivos distintos. De ahí que las tres (incluyendo a Hestia) mantengan un poco de rivalidad con Afrodita, ya que esta última es la diosa del amor y no consiguió que ninguna de las tres diosas mantuviera relaciones con nadie. Además, hay que recordar lo sucedido en el juicio de Paris y sus consecuencias (se verá con algo más de profundidad más adelante): Afrodita luchó a favor de los troyanos; Atenea, a favor de los griegos. Por otra parte, el último verso de este fragmento refleja de manera clara la concepción en la antigüedad sobre la mujer y el sexo.

Y Hermes, sobrino fiel, le viene a contar

aventuras sin igual.

Hermes, hijo de Zeus y Maya, como vemos en el mito del robo a Cileno, es un dios que desde muy pequeño es travieso y no para quieto (H. Mer; Grimal, 1981; Apollod. 3.10.2; https://www.theoi.com/Olympios/Hermes.html, consultado el 05/05/2021; Falcón et al., 1980), pero Zeus lo nombró su mensajero y el de Hades y Perséfone, conectando así el Olimpo y el inframundo. Además, es el protector de los héroes y los ayudaba en múltiples ocasiones (Grimal, 1981; Apollod. 3.10.2; https://www.theoi.com/Olympios/Hermes.html, consultado el 05/05/2021), por lo que podía contarle a su tía Hestia, que, como ya hemos visto, no se movía del Olimpo, mil y una aventuras que vivía junto a ellos. En el vídeo vemos que le está narrando el mito de Medusa y Perseo.

Hestia,

Rea la invitó a una fiesta,

Hestia,

y bebieron como bestias.

Hestia,

luego, echaron una siesta,

alguien acechando está.

Hestia,

Príapo es un dios muy guarro.

Hestia,

se le acerca con descaro.

Hestia,

pero un burro ha rebuznado y ella logra escapar.

Esta parte en realidad narra una leyenda mitológica de Vesta, la equivalente romana de Hestia, recogida por Ovidio, en la que la diosa es salvada de una violación por el rebuzno de un burro (Hard, 2008; Ov. Fast. 4.319-348). Príapo es un dios, hijo de Afrodita y Dioniso (Grimal, 1981), representado como hombre, de figura imprecisa, con un falo erecto desproporcionado (Hard, 2008), ‒de ahí que Álvaro Pascual decidiese ponerle esa nariz en el vídeo‒, por lo que era símbolo de fecundidad (Grimal, 1981). Ovidio nos cuenta que en una fiesta a la que acudieron ambos dioses, Príapo se enamoró de Vesta. Por la noche, intentó violarla, pero el rebuzno de un burro hizo que Vesta se despertase. Desde entonces, Príapo recibió como ofrendas asnos sacrificados y en las festividades consagradas a Vesta se adornaba a estos animales con guirnaldas de flores (Grimal, 1981; Hard, 2008; Ov. Fast. 4.319-348).

A una moza fue a salvar

y sus bebés, tiempo después,

fundan una gran ciudad: Roma.

Parco, rey de una ciudad llamada Alba Longa, tuvo dos hijos: Numitor, el mayor, y Amulio. A pesar de que Numitor iba a ser el heredero al trono, Amulio lo exilió, mató a sus hijos y, a su única hija, Rea Silva, la convirtió en vestal, es decir, sacerdotisa de Vesta, quienes debían seguir un voto de castidad. Pero, cuando la muchacha fue a un manantial situado en la arboleda de Marte a recoger agua pura para usarla en el culto de la diosa, este dios apareció y la violó, de forma que la chica se quedó embarazada. Su tío, al enterarse de lo sucedido, ordenó que la encarcelaran y que, en cuanto diese a luz, los niños fuesen abandonados en el río Tíber y que ella fuese asesinada (Grimal, 1981; Hard, 2008; Falcón et al., 1980). Al parecer, al contrario de lo que cuentan en el vídeo Álvaro Pascual y Rodrigo Septién, quienes lo atribuyen a Hestia, Rea Silva se libró de la muerte gracias a su prima Anto, hija de Amulio, si bien no se sabe con claridad lo que le ocurrió después: puede que acabase muerta, maltratada o liberada por sus propios hijos cuando se vengaron de Amulio (Grimal, 1981; Falcón et al., 1980). Sea como sea, los niños acabaron debajo de la Higuera Ruminalis donde una loba los amamantó hasta que fueron encontrados por un hombre llamado Fáustulo. Años después, cuando se enteraron de quiénes eran en realidad, tras una disputa en la que mató a su hermano, Rómulo fundó la ciudad de Roma (Hard, 2008; Falcón et al., 1980).

La loba Luperca amamantando a Rómulo y Remo, c. 500–480 a. C.

Hestia,

te ha quemado la comida.

Hestia,

es muy virgen y muy fina.

Es tía,

tiene mazo de sobrinas,

tiene un pelo ideal.

Hestia.

Hestia (Hestia).

Hestia.

9.- Hay más imágenes para ti

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